Sunday, April 28, 2013

CÉLULAS MADRE AMNIOTICAS PARA REGENERAR FUNCION INTESTINAL


Científicos del Great Ormond Street Hospital Children's Charity, en Londres (Reino Unido), han utilizado células madre del líquido amniótico para restaurar en roedores la estructura y la función intestinal dañada, lo que abre una vía terapéutica para la enterocolitis necrotizante, una grave inflamación intestinal de los recién nacidos.

Aunque la leche materna y los probióticos pueden ayudar a reducir la incidencia de la enfermedad, la cirugía sigue siendo el único tratamiento para los menores que padecen esta inflamación, con el consiguiente riesgo de muerte o de complicaciones. De hecho, hay bebés que necesitan alimentación parenteral continua (alimentación a través de una línea intravenosa) o incluso un trasplante intestinal.

Los autores del estudio, publicado en la revista Gut, administraron a un grupo de ratones que padecía la enfermedad células del líquido amniótico, y a otro grupo igualmente enfermo células madre de médula ósea procedentes del fémur.

Los ratones a los que les fueron inyectadas las células de líquido amniótico mostraron tasas de supervivencia significativamente mayores una semana después de ser tratados, en comparación con los del segundo grupo.

Al analizar los intestinos, para lo que se utilizaron imágenes obtenidas a través de micro resonancia magnética (MRI), se observó cómo la inflamación se redujo significativamente, con un menor número de células muertas, una mayor autorrenovación del tejido intestinal y una mejor función intestinal en general.
Malformaciones congénitas

Ello se debe a que, tras su inyección en el intestino, las células se trasladan a las vellosidades intestinales, pequeñas proyecciones similares a dedos que sobresalen del revestimiento de la pared intestinal y filtran los nutrientes del intestino a la sangre.

De este modo, y en lugar de ir directamente a la reparación del tejido dañado, las células liberan unos factores de crecimiento que actúan sobre células progenitoras en el intestino, lo que, a su vez, reduce la inflamación y desencadena la formación de vellosidades nuevas y otros tejidos.

"Es la primera vez que hemos demostrado que las células madre del líquido amniótico pueden reparar el daño en el intestinos", ha destacado Paolo De Coppi, director del estudio, que confía en que "en el futuro puede utilizarse más ampliamente en otros tratamientos, especialmente en el de malformaciones congénitas".

Monday, April 22, 2013

FECUNDACION, CLONACION, GENOMA Y CELULAS MADRE: UNOS CRITERIOS ETICOS

La fecundación artificial
No buscamos ahora esbozar un cuadro global de los continuos progresos que se han dado en el ámbito de la reproducción artificial, sobre todo desde que se empezó a aplicar lafecundación ‘in vitro a la especie humana, una práctica que tiene como punto de arranque simbólico el nacimiento de la primera ‘bebé probeta’ (Louise Brown) en 1978.
Una vez que la técnica se ha introducido ampliamente en el mundo de la procreación humana y que ha generado grandes esperanzas entre quienes desean tener un hijo, millones de personas han recurrido y siguen recurriendo a las clínicas de fertilidad. En muchos casos, se trata de parejas (casadas o en unión libre) afectadas por diversos problemas de esterilidad. En otros casos, sobre todo desde hace pocos años, también acceden parejas que no quieren tener un hijo con una enfermedad genética determinada, o que desean conseguir con certeza un hijo dotado de ciertas características escogidas previamente (según motivos ‘médicos’ o de otro tipo).
Para contentar al mayor número posible de personas, los investigadores ofrecen diversos caminos para alcanzar el resultado solicitado por los padres (o por una mujer en solitario). La lista de posibilidades técnicas es larga: inseminación artificial (homóloga o heteróloga), fecundación in vitro (con la posibilidad de congelar a los “embriones sobrantes”) con sus diversas variantes (ZIFT, TET, ICSI, SUSM), diagnóstico preimplantatorio, donación de embriones y de óvulos, etc.

Tuesday, April 02, 2013

PREEMBRION, SU DECLIVE


El Tribunal Supremo de EE.UU., en la sentencia Roe vs. Wade de 1973, no quiso pronunciarse sobre el momento en que comienza la vida humana. Con este antecedente y con el nacimiento en 1978 de Louise Brown, la primera niña probeta, el más antiguo de los comités de bioética –el británico Ethics Advisory Board (EAB)– tuvo que considerar los aspectos éticos de la fecundación in vitro (FIV) y la posibilidad de investigar con embriones para mejorar estas técnicas.
La regla de los 14 días
Según el informe del 4-05-1979, el embrión humano, en los primeros días, es solo una forma incipiente de vida humana, con una elevada mortalidad natural, y no un individuo, pues la aparición de la “línea primitiva” es uno de las condiciones fundamentales de la individuación del embrión. Se aceptó fijar un intervalo de 14 días después de la fecundación, durante el cual se consideraba que el embrión humano no tenía estatuto especial y era “éticamente” aceptable usarlo para experimentar. En ningún lugar del informe se usó la palabra “preembrión”.
El EAB, que entre sus miembros no contaba ningún especialista en embriología humana, fue probablemente el primero en proponer la regla del día 14, que vino a decir que el embrión humano en la primera fase de su desarrollo es merecedor de respeto, pero no el mismo que se debe a una persona. Sus recomendaciones no fueron aprobadas por las autoridades en aquel momento. En 1980 el EAB dejó de existir.
En palabras de un especialista, “preembrión” era “un ejercicio de ingeniería lingüística para hacer aceptable a la opinión pública la investigación con embriones humanos”
En 1979 se publicó el primer artículo en la literatura científica que usó términos como “preembrión” o periodo “preembrionario”. Su autor era el americano Clifford Grobstein. Unos meses antes el EAB había concluido su informe sobre la FIV, y en medio de la polémica suscitada por el informe, el artículo de Grobstein pasó prácticamente desapercibido.
En 1982 se constituyó en Gran Bretaña una comisión de expertos presidida por Mary Warnock para estudiar una posible regulación legal de la FIV. El informe resultante, publicado en julio de 1984, tuvo una gran influencia no solo en la legislación británica, sino también en las de muchos otros países.
De ser humano a masa de células